viernes, 31 de mayo de 2013

La Secta de la Mano Negra: Primera Parte

Nuevamente la revista hace un retroceso para traernos una serie realmente clásica de Kalimán. Ni más ni menos que la serie 9, donde tiene lugar la aparición de la Araña Negra, el villano que más veces se ha enfrentado al Hombre Increíble a lo largo de su carrera. Aparentemente, esta decisión editorial fue tomada para ofrecer un preámbulo a la siguiente serie que tocaba originalmente: El Triangulo de la Muerte (la tercera de las cuatro apariciones de la Araña Negra en la historieta). 
Un villano realmente memorable cuya presencia siempre significa grandes problemas, metiéndose en el camino de Kalimán como parte de convenientes coincidencias, cuya peculiaridad especial es su habilidad para evitar ser capturado y desenmascarado. Un autentico reto. 
Debido a que el primer capitulo de la serie tenía una corta extensión de páginas (apenas 11) consecutivas a la serie anterior en la historieta original, aprovechan las restantes del No. 279 para presentar una selección de los mejores dibujos enviados por los lectores. En el No. 285 y 286 publican más dibujos pero ya en los forros y la contraportada.

   

Kalimán, el Hombre Increíble No. 279-291

Agentes de la policía son eliminados en El Cairo por órdenes de la Secta de la Mano Negra, la más poderosa organización criminal detrás del narcotráfico. El Coronel Alexis se mete de lleno en el caso, siendo informado de que ese acto viene ligado al dato de que una personalidad asociada con la organización está por arribar a la ciudad. 
El árabe Omar, uno de los líderes de La Mano Negra, es informado del éxito de la misión y le encomiendo a los ejecutores recibir a un amigo importante que vendrá pronto, vital para su siguiente negocio. 
El avión en que viajan Kalimán y Solín se aproxima al aeropuerto en El Cairo. El Hombre Increíble no puede evitar reparar en un sospechoso anciano que tampoco le quita el ojo de encima. Una vez que descienden, el anciano echa a correr, abandonando su maletín. Solín intenta devolvérselo pero Kalimán se lo arrebata, percibiendo que contiene una bomba, comprobándolo enseguida. Con rapidez, lo arroja para que estalle sin hacer daño a nadie, provocando que Alexis y sus hombres lo supongan el criminal que vendría de parte de La Mano Negra. Kalimán muestra los documentos que lo identifican y les entrega la mascara de hule que usaba el criminal para hacerse pasar por anciano. El testimonio de una azafata llamada Jane Faley facilita las cosas aunque le advierten no abandonar la ciudad. 

   

Mientras, el criminal misterioso se presenta en la casa de Omar, exigiendo privacidad. Omar interpreta su deseo, ordenando a su esclavo, el gigante Golo, matar a los sicarios, permitiendo que su amigo se sienta libre para reportar los hechos. Le comunica que Kalimán es un antiguo enemigo al que ha enfrentado muchas veces, sintiéndose indispuesto a participar en el negocio que Omar le propone hasta verlo muerto. Omar manda llamar a Jazum, un asesino especializado en el arte de arrojar cuchillos, asegurando que Kalimán morirá esa misma noche. 
Kalimán y Solín se instalan en el hotel, deliberando sobre su inminente próximo encuentro con el criminal misterioso. 
Mientras, en un barrio de escoria del bajo mundo, el piloto Franck Smith se reúne con el criminal misterioso, esperando su paga por haberlo ayudado con el abordaje del avión. Sin embargo, se pone codicioso, exigiendo el doble para ocultar también el hecho de que conoce su verdadera identidad como Martin Lucker, amenazando con denunciarlo. 

 

En vez del dinero, recibe un puñetazo del criminal, inyectándole veneno con su anillo, matándolo al instante y dejándole en la frente su marca personal: el símbolo de “La Araña Negra”. Jane Faley da un pitazo a Kalimán y a Solín para que investiguen al piloto pero cuando ellos acuden, es demasiado tarde y el Hombre Increíble reconoce el sello de su enemigo jurado, indicando como se han enfrentado en varios ocasiones mas la Araña Negra siempre escapa (y nunca nadie ha visto su verdadero rostro). A la salida, son atacados por Jazum pero Kalimán esquiva fácilmente el cuchillo, guardándolo para encontrar a su dueño. 
Kalimán acude a la jefatura de policía donde da su testimonio de los crímenes de la Araña Negra y su lazo con la Secta de la Mano Negra. Les pide no poner vigilancia alguna sobre su persona para capturar al villano en su próximo encuentro y acompaña a Jane a su hotel. 
Omar es enterado del fracaso de Jazum, ordenando a Golo que le cien latigazos en castigo. Insiste en meter a la Araña Negra a su negocio, que consiste en responsabilizarse del envio de un cargamento de narcóticos. El criminal no quiere saber nada mientras Kalimán siga con vida, decidido a eliminarlo personalmente. 
Esa noche, la Araña Negra se presenta en el hotel de Jane, obligándola a llamar a Kalimán para tenderle una trampa. Para cuando Kalimán y Solín llegan, Jane esta muerta y con la marca de la Araña Negra en su frente.

   

Se entabla la lucha entre los dos, contrastando la audacia de Kalimán con los sucios trucos del asesino. La policía irrumpe y la Araña Negra escapa, descolgándose por un hilo de nylon que tenía preparado en la ventana. Kalimán delibera con la policía, insistiendo en que lo dejen ser, ya que no puede proporcionarles en si nada útil para atrapar a alguien como la Araña Negra. Oculta deliberadamente el hecho de haberse apoderado de una moneda de oro arabe que el criminal dejó caer durante el forcejeo, explicando a Solín que es parte de una tradición sobre el recibimiento de un amigo en el hogar, con un sello particular que puede ser identificado. Acuden a una función en el barrio árabe donde Zulma, una bailarina exótica, les sirve de ayuda, reconociendo el símbolo de la casa de Omar. 
Kalimán y Solín no pierden tiempo, dirigiéndose a la residencia de Omar. Sus sirvientes intentan impedirles el paso pero los burlan junto con sus perros guardianes. Omar es alertado y le pide a su cómplice que se esconda en lo que atiende a los invitados. Por supuesto, Omar niega saber algo sobre Martin Lucker o el cuchillo con que intentaron matar a Kalimán. El Hombre Increíble se retira, pero deduce acertadamente que Omar es parte de La Secta de la Mano Negra. Omar les regala una caja como gesto de amistad. 

   

Golo los sigue al hotel, activando a la cobra venenosa que la caja contenía mediante música. Kalimán le exprime todo el veneno y la deja volver con su dueño. Siguen a Golo devuelta a la residencia de Omar donde son sorprendidos por la Araña Negra, capturándolos con una telaraña metálica. 

   

Kalimán y Solín son llevados a un calabozo mientras Omar y la Araña Negra se ufanan. Omar le recuerda a su cómplice sobre el cargamento que necesita que realice para él, indicándole la cantidad que recibirá. La Araña Negra exige que le pague en partes iguales, demostrando su gran ambición, y Omar, a regañadientes, accede. 
Kalimán troza la telaraña utilizando su daga que olvidaron quitarle y desde la celda se ocupa del guardia, quitándole las llaves para escapar. Regresa con los villanos y se desata otra lucha contra su archienemigo.

   

Golo interviene, noqueando a Kalimán con un boomerang, y dando cuenta de Solín de una sola bofetada. La Araña Negra se dispone a matar al inconsciente Kalimán pero Omar piensa que ese asesinato llamaría mucho la atención, prefiriendo enviarlo junto con Solín a su socio, Zabe, para que los saque de la ciudad y los ejecute. 
Zabe es un criminal metido en la trata de personas e incluye a Solín y a Kalimán en el último cargamento de esclavos, enjaulándolos con los demás. Kalimán despierta y considera la situación, alarmándose al ver que Solín formará parte de un absurdo espectáculo en el que lo harán pelear contra un fornido muchacho mongol. Haciendo uso de los conocimientos de lucha adquiridos durante la tutela de Kalimán, Solín logra imponerse y salir airoso, negándose a matar a su oponente después de derrotarlo. Exige la libertad que prometieron al vencedor pero todo era mentira y Zabe lo envía de vuelta al encierro. 
Omar la muestra a la Araña Negra el cargamento que le confiarán: empaques de cocaína ocultos en bolsas para transportar trigo. Tomando su caballo, el criminal parte rumbo a Luxor para efectuar la entrega. 
Zabe vende a Kalimán y a Solín a un rico sultán, emprendiendo el viaje de regreso a su residencia, costándoles todo un día de tiempo. Al anochecer, Kalimán se libera y le encarga a Solín servir de distracción para descontar a los guardias y convencer a los demás esclavos de revelarse, terminando en un saqueo que deja en la ruina al sultán.

   

Regresan con Zabe para asustarlo, y luego pasan a declarar con el Coronel Alexis, organizando una redada en la residencia de Omar. Para entonces (y después de haber ordenado a Golo matar a Zabe por su incompetencia), el árabe ya se ha ocupado de librarse de toda evidencia incriminatoria, burlándose abiertamente de su intento. 
Zulma se acerca a Kalimán y a Solín, ofreciéndoles información y guía si le permiten acompañarlos en su viaje, brindándole protección al temer que atenten contra su vida. Transportándose en caballos, inician el largo trayecto por el desierto para capturar a la Araña Negra antes de que llegue a Luxor. Al mismo tiempo, Omar hace preparativos para reunirse con su socio y advertirle que el Hombre Increíble sigue con vida. 
Durante el viaje, Kalimán y sus compañeros enfrentan un simún de arena y a un grupo de bandidos bereberes, saliendo airosos de cada predicamento. Encuentran un campamento beduino y Zulma les indica que pese a su mala fama, los acogerán al ser de su raza. No obstante, su hospitalidad resulta una trampa para confiarse y la misma Zulma echa somníferos en las bebidas de Kalimán y Solín, revelándose como una espía, cómplice de Omar. Los atan a un poste con el fin de doblegar a Kalimán, poniendo a los beduinos a disparar flechas que no dan en el blanco a propósito. Los nervios de acero de Kalimán los desconciertan y ordenan que amarren sus extremidades con cadenas tiradas por caballos. Kalimán resiste, flexionando los músculos, logrando que las cadenas se rompan antes que sus extremidades pero antes de poder hacer algo, Golo lo ataca.

   

Se data una tremenda lucha donde Kalimán se impone ante el gigante nubio, pero Omar lo golpea a traición, descontándolo. El árabe pretende quemarlo vivo pero Kalimán utiliza el “Actus Mortis” para engañarlos, prefiriendo dejarlo pudrirse en el desierto con Solín a su lado, partiendo al encuentro de la Araña Negra. 
Mientras, Martin Lucker y sus compañeros son detenidos por la policía aérea para inspeccionar su cargamento. Como el truco del trigo no los hace desistir y exigen sus identificaciones, la Araña Negra ordena su aniquilación inmediata. 
Kalimán y Solín siguen viajando por el desierto, en busca de provisiones, cuando les toca contemplar a una mujer nativa rodeada por feroces mandriles. Kalimán reta al jefe a pelear por su vida y logra vencerlo con sus hábiles maniobras. Se rehúsa a matarlo y el primate reconoce su nobleza, poniendo a los suyos a su disposición para tratarlos como sus huéspedes, dándole la comida y el descanso que necesitan para reponerse. La mujer, llamada Jul-Jak, se presenta como una princesa etíope que había sido capturada para venderla como esclava hasta que sus opresores fueron eliminados por sus guerreros, sucumbiendo a su vez ante los mandriles. Le agradece de corazón a Kalimán, indicando que tiene una deuda de vida con él, pero sin dar explicaciones, abandona durante la noche. Kalimán y Solín no le dan importancia y siguen adelante, despidiéndose de los mandriles. 
La Araña Negra llega a la ciudad de Asyut para tomar un descanso. Omar se adelante a instalarse, enviando por él para que se reúnan, revelando que Zulma también es amante del asesino. Lo notifican de la muerte de Kalimán y los criminales celebran jubilosos. 
Kalimán y Solín arriban también y Hombre Increíble se separa de su pupilo. Guiado por el hambre, Solín se expone y es descubierto por los criminales, capturándolo prontamente para obligar a Kalimán a salir.

   

La Araña Negra ordena que los lleven hasta unas antiguos ruinas, colocándolos en la clásica trampa de la compuerta de picos. Kalimán resiste, logrando que tanto él como Solín se posiciones sin que los picos los atraviesen, pero quedando en peligro de morir de asfixia. Aprovechando la humedad de la tierra, Kalimán cava lo más rápido que puede para zafarse, volviendo al exterior justo a tiempo. Dándolos por muertos, los villanos siguen de fiesta. 
   

Kalimán y Solín se hacen pasar por espíritus del más allá, apareciendo ante Omar para aterrorizarlo, poniéndolo en vergüenza cuando informa de esto a la Araña Negra y a Zulma, convencidos de que todo fue un alucine. Kalimán toma una túnica negra y Solín se pinta la piel de negro para infiltrarse entre los subordinados de sus enemigos, acompañándolos cuando reemprenden el viaje. 
Kalimán continúa con su plan de aterrorizar a Omar y derrumba un puente para retrasar el camino de los malhechores. Es descubierto pero usa la hipnosis para que el siervo crea verlos volar, dando el reporte a sus jefes, confirmando el temor de Omar sobre la venganza del más allá de Kalimán. Pero Martin Lucker es demasiado listo para caer en eso y sospecha que su archienemigo vive y se encuentra entre ellos. Ordena que se reúnan todos sus siervos y Kalimán no puede postergar más el encuentro, haciendo un ejercicio de gesticulación para que no reconozcan su rostro, logrando engañarlos. 
Omar ignora que la Araña Negra y Zulma conspiran en su contra, dispuestos a quedarse con todas las ganancias del cargamento de narcóticos. A su vez, Omar tampoco piensa compartir, planeando la muerte de su socio y también la de Zulma para que no queden testigos. 
Kalimán dificulta el viaje cortando las bolsas de agua para que se derrame a lo largo del camino. Su plan es revelar su identidad en el momento en que todos entran en pánico, exigiendo que le entreguen los narcóticos a cambio de llevarlos a un punto donde pueden conseguir agua para evitar la muerte. Golo se adelanta a noquearlo con su boomerang pero Omar le impide matarlo para obligarlo a que los guie hacia el agua. La Araña Negra, teniendo una cantimplora personal, aprovecha la oportunidad para abandonarlos a todos (incluso a Zulma, denotando la perversidad de su alma) a su suerte en el desierto, partiendo hacia Luxor con los narcóticos, sin mirar atrás.

   

Kalimán y Solín se apresuran a tomar un caballo para perseguirlo. Percatándose de la perseverancia de su enemigo, la Araña Negra se detiene y se oculta para dispararle a distancia, matando al caballo e hiriendo en el hombro al Hombre Increíble. Creyéndolo vencido, sigue su camino. Solín lamenta la suerte de su mentor pero Kalimán lo instiga para ayudarle a retirar la bala, justo a tiempo para disminuir la gravedad de la herida.

   

Aun así, sin transporte ni comida ni víveres, les espera una caminata infernal. 
Omar y Zulma son abandonados por casi todos sus siervos, quedando sólo Golo, el cual permanece tranquilo. Sin decir una palabra, los guía hasta un punto donde envía un llamado para convocar a sus hermanos de raza, salvándolos de la muerte. 
Solín no puede resistir más y Kalimán tiene que cargarlo pero bajo el calor del sol, su herida y el desgaste, no puede más y se desmaya, creyendo que todo ha terminado para ellos. Reacciona al recibir una patada de Omar, ordenando a los nubios que los alimenten para que recobren fuerzas antes de la muerte miserable que les tienen preparada.

   

Omar, Zulma y Golo siguen adelante para vengarse de la Araña Negra, dejando que los nubios se encarguen de Kalimán y Solín, arrojándolos a un volcán activo para sacrificarlos ante su ídolo de la muerte. Se salvan a duras penas y mediante la ventriloquia sobre su ídolo, Kalimán los aterra para poder salir del volcán. Los nubios persisten en cerrarles el paso y aprovechan el encuentro de un gigantesco buitre que emprende el vuelo para sujetarse a sus patas y eludirlos.

   

El buitre los deja caer en otro punto del desierto y prosiguen su camino. 
La Araña Negra por fin llega a Luxor y pronto se hospeda en un hotel para descansar. Su llegada no pasa desapercibida y un asesino es enviado a su cuarto para apuñalarlo mientras duerme. 
Para ayudar a Solín a resistir el resto del camino, Kalimán lo hipnotiza para que no siente hambre, sed ni cansancio, mas eso no significa que no muera inevitablemente al gastar todas sus fuerzas. Al pisar arenas movedizas, queda atrapado y con su pupilo imposibilitado para ayudar en el trance hipnótico, ambos parecen condenados a morir.

   

Continuará…

 

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