Aldo se sorprende de reprobar el examen después de haber estudiado tanto, pero la profesora le aclara que se debió a que respondió como si hubiera estudiado para un examen de literatura y ese era de matemáticas, indicando que el menso se equivocó de libro (¿Qué clase de retrasado puede cometer un error como ese? Vaya, parece que era verdad que Aldo nunca había estudiado en toda su vida). En contraste, la profe felicita a Lucy (quien no puede evitar sentir pena por Aldo que si estudió esta vez pero hasta ella subestimó su estupidez al no darle una explicación detallada, paso por paso, de cómo hacerlo) que si sacó diez para luego exigirle a Eva que asista su madre para explicar los motivos de su ausencia durante el examen (ella se guarda su comentario sobre que la maestra no debe ver la televisión si se le pasó la noticia de su arresto).
Aldo regresa a su casa, bajándosele los ánimos recién recuperados al recibir el regaño de sus padres por haber reprobado. Mientras ellos lo reprenden (y la madre no deja de oler el hedor del cigarro en él), desde su base, Morder y Tatema vigilan utilizando una cámara espía denominada “Moz-K-Fly063” (tiene forma de mosca para disimular), obteniendo información de todos los miembros de la familia de Aldo (incluyendo pasatiempos y perfiles psicológicos ¿Cómo obtienen eso tan rápido?).
La mosca-espía continua siguiendo a Aldo para deleite de los villanos (ah, que voyeristas nos salieron el general y su achichincle), en lo que éste se dirige a la carnicería del padre del May, Don Carmelo, quien realiza entusiasmado su trabajo mientras escucha canciones rancheras por la radio, y todavía pregona sobre su negocio al despedir a cada cliente. La cámara no pierde ningún detalle (incluso obtiene la información de Don Carmelo) en lo que Aldo se presenta y el señor enseguida lo pone a trabajar bajo la supervisión del May. Le ponen el ensangrentado mandil de trabajo y el May se entretiene poniéndolo a recoger las criadillas, divirtiéndose a costa del ingenuo Aldo, y a la vez provocando carcajadas entre los villanos.
Contenido extra:
• Resumen del capitulo anterior y cuestiones intrigantes sobre el desarrollo de los eventos.
• El buzón de los Reprobados; entre transcripciones de cartas de los lectores, algunos dibujos y el espacio de amigos por correspondencia, presentan una foto de Marcos Campos, el ganador del concurso del nombre del buzón, recibiendo su premio (¿la misma portada en tamaño grande del #1? ¡Que premio tan chafa!) directamente del mismo Break.
• Página sobrante sigue empleándose para la publicidad de la revista de actividades de Digimon.
• En la segunda de forros, por ultima vez, avisan a los lectores del concurso del cosplay, dando un ejemplo con (aparentemente) el único lector que les envió su foto haciendo de Meteorix (¿habrá ganado por default?).
• En la contraportada, Rubén Feria, como artista visual, ofrece una variante de pin-up con una imagen tridimensional de Morder y Meteorix.
Curiosidades, señalamientos y/u objeciones:
• Al mencionar el nombre del licenciado para el que trabaja Nandito como mandadero, en el #7 lo llamaban “Trinquetes” pero ahora es “Trácalas”.
• Tatema comenta que las ocurrencias de la vida de Aldo le recuerdan a la serie Daria y le causan más gracia que El Chavo. ¡Nada que ver! ¿Y que hacen extranjeros con fines de dominar el universo viendo ese tipo de programas tan diferentes entre si?
• Cuando presentan a Doble M se refieren a él como “M y M” (¿no sonaba tan bien que tuvieron que cambiar el nombre o es que así suponían que les quedaba claro a los lectores como tendrían que llamarlo?). También éste comenta sobre sus días en la Academia con Morder (que al volver a mencionarse se convierte en "AKDmia" para que suene más “cool”).
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