Marvel Televisa (Primera Oleada)
Finalmente desembocamos en la miniserie central ante la que giran todos estos eventos, el origen de la división que enfrenta a héroe contra héroe, una saga controvertida que nos volaría la mente durante años. Las opiniones al respecto están tan divididas como los personajes mismos que la protagonizan, pero haciendo eso a un lado, es una historia disfrutable, excelentemente escrita y con arte sobresaliente (eso se lo debemos a la combinación invencible de Mark Millar y Steve McNiven, los mismos que luego nos traerían Old Man Logan).
Entendemos que todo es desatado a raíz de una tragedia humana que precipita a la política a actuar con una propuesta que regula o mejora a la comunidad superhumana. El escandalo no se hace esperar, y los héroes no tardan en ponerse a pelear, librando batallas cada vez más encarnizadas que degeneran en muertes, traiciones y encarcelamientos.
Hay muchos aspectos debatibles en el desarrollo de los eventos, como la rapidez con que los héroes saltan a la idea de pelearse solo para probar un absurdo punto cuando el verdadero enemigo es la opinión pública y los altos mandos que responden a sus aparentes necesidades (que derivan en defensores más responsables). Por un lado, tenemos a Iron Man representando al perro faldero disfrazado de demagogo que cree estar haciendo lo que cree correcto (sin dejar de cuestionarse contantemente, pero firme en sus ideales), ostentando una figura de autoridad opresora que pretenden estar convencida de su versión de la razón. Por el otro, tenemos a Captain America, encarnando la terquedad misma del que desafía a la ley ante el temor de ser controlado, aludiendo que se rebela ante una violación de los derechos civiles, hundiéndose en una espiral de movimientos turbios e ilegales (en ciertos momentos, nos hacen creer que los héroes que están con Cap, simplemente no tienen vida propia y por eso insisten en hacer lo que saben mejor, actuando con imprudencia, exponiéndose al arresto). Cada uno pelea con todo contra el otro para defender su postura, de modo que es complicado definir al ganador una vez que llegamos a la conclusión de estos eventos.
Todo lo que podemos determinar es que las cosas nunca serán las mismas (por un tiempo). Sí, los héroes de Marvel se ponen necios, actúan como cretinos, pierden el tiempo en tácticas irrelevantes (de lo que extrañamente no se aprovechan mucho sus enemigos habituales), persistiendo en mantenerse en el centro de la acción (ciertamente, los que huyeron de la ciudad o del país fueron los más prudentes). Vemos un lado nuevo de ellos y aprendemos a aborrecer a uno que otro como antes nunca nos imaginamos, pero la historia no deja de ser sorprendentemente disfrutable entre su choque de ideologías con interesantes argumentos (convenientes pero ingeniosos) y mucha, mucha acción (la escena de la entrada de “Thor” es soberbia). La excusa argumental puede parecer ridícula, pero el resultado es una de las sagas modernas más memorables de Marvel Comics.
Esta historia es tan relevante que Televisa la ha vuelto a publicar en varias ocasiones, en distintos formatos compilatorios a lo largo de los años.
La primera parte se presenta con portada
variante. Junto con el tie-in de Iron Ma/Captain America, es de las
primeras publicaciones de Televisa con las dichosas (y a veces muy
sobreexplotadas y sobrevaloradas) portadas variantes.
La confesión es un epílogo escrito por Brian
Michael Bendis, con arte de Alex Maleev, agasajándonos con la última
confrontación entre Cap y Iron Man (la que no es tan emocionante, pero
igualmente impresionante y de nuevo pone duda quien es el ganador, el que se
siente moralmente derrotado o el que estiró la pata).
Con esto, concluimos el material
presentado en Marvel Especial Semanal, pero créanme que todavía nos
falta mucho más por cubrir antes de que cerremos el tema.
Finalmente desembocamos en la miniserie central ante la que giran todos estos eventos, el origen de la división que enfrenta a héroe contra héroe, una saga controvertida que nos volaría la mente durante años. Las opiniones al respecto están tan divididas como los personajes mismos que la protagonizan, pero haciendo eso a un lado, es una historia disfrutable, excelentemente escrita y con arte sobresaliente (eso se lo debemos a la combinación invencible de Mark Millar y Steve McNiven, los mismos que luego nos traerían Old Man Logan).
Entendemos que todo es desatado a raíz de una tragedia humana que precipita a la política a actuar con una propuesta que regula o mejora a la comunidad superhumana. El escandalo no se hace esperar, y los héroes no tardan en ponerse a pelear, librando batallas cada vez más encarnizadas que degeneran en muertes, traiciones y encarcelamientos.
Hay muchos aspectos debatibles en el desarrollo de los eventos, como la rapidez con que los héroes saltan a la idea de pelearse solo para probar un absurdo punto cuando el verdadero enemigo es la opinión pública y los altos mandos que responden a sus aparentes necesidades (que derivan en defensores más responsables). Por un lado, tenemos a Iron Man representando al perro faldero disfrazado de demagogo que cree estar haciendo lo que cree correcto (sin dejar de cuestionarse contantemente, pero firme en sus ideales), ostentando una figura de autoridad opresora que pretenden estar convencida de su versión de la razón. Por el otro, tenemos a Captain America, encarnando la terquedad misma del que desafía a la ley ante el temor de ser controlado, aludiendo que se rebela ante una violación de los derechos civiles, hundiéndose en una espiral de movimientos turbios e ilegales (en ciertos momentos, nos hacen creer que los héroes que están con Cap, simplemente no tienen vida propia y por eso insisten en hacer lo que saben mejor, actuando con imprudencia, exponiéndose al arresto). Cada uno pelea con todo contra el otro para defender su postura, de modo que es complicado definir al ganador una vez que llegamos a la conclusión de estos eventos.
Todo lo que podemos determinar es que las cosas nunca serán las mismas (por un tiempo). Sí, los héroes de Marvel se ponen necios, actúan como cretinos, pierden el tiempo en tácticas irrelevantes (de lo que extrañamente no se aprovechan mucho sus enemigos habituales), persistiendo en mantenerse en el centro de la acción (ciertamente, los que huyeron de la ciudad o del país fueron los más prudentes). Vemos un lado nuevo de ellos y aprendemos a aborrecer a uno que otro como antes nunca nos imaginamos, pero la historia no deja de ser sorprendentemente disfrutable entre su choque de ideologías con interesantes argumentos (convenientes pero ingeniosos) y mucha, mucha acción (la escena de la entrada de “Thor” es soberbia). La excusa argumental puede parecer ridícula, pero el resultado es una de las sagas modernas más memorables de Marvel Comics.
Esta historia es tan relevante que Televisa la ha vuelto a publicar en varias ocasiones, en distintos formatos compilatorios a lo largo de los años.
- Se indica que los villanos que combatieran los Warriors eran muy peligrosos, pero la verdad se trata de puros de ínfima categoría con escasas apariciones. Con la excepción de Nitro; Coldheart, Speedfreak y Cobalt Man no podrían contar con tal reputación como para establecer que los Warriors no estaban a la “altura” (y menos tomando en cuenta que los Warriors debutaron enfrentando a Juggernaut).