Kalimán, el Hombre Increíble No. 237-255
Zafiro obliga al piloto a aterrizar cerca de una aldea Watussi donde es respetado como un personaje importante, ya que es hijo del jefe. Ordena que maten al piloto, habiendo agotado su uso, e invita a Galeno a aceptar su “hospitalidad”, haciéndole comprender que ahora es su prisionero.
Kalimán y sus compañeros toman un vehículo y parten lo más pronto posible para seguir con su misión. Después de recorrer parte del camino son detenidos por miembros de la tribu Mau-Mau con armas. Kalimán se apodera del volante para emplear una arriesgada maniobra de escape, sacrificando el vehículo para hacerles creer que han muerto y sorprenderlos. Con sus trucos de ilusionismo, Kalimán consigue que la mayoría salgan corriendo, capturando a uno para que le de una explicación.
Éste menciona el nombre de “Tac-Tac”, cuya voluntad ellos obedecen y gobierna el territorio. Lo obligan a que los lleve ante su presencia pero les tiende una trampa en la balsa, dejando que el rìo los arrastre. La audacia de Kalimán permite que todos salgan con vida y regresen a tierra firme, donde escuchan el sonido de tambores. Los compañeros de Kalimán se ven separados y capturados súbitamente, dejándolo solo. Con la Percepción ExtraSensorial, Kalimán localiza a Solín, encontrándolo utilizado como carnada humana por el misterioso Tac-Tac. Escondido, éste amenaza con disparos a distancia al Hombre Increíble, ordenándole no intervenir en su cacería. Un león de melena negra aparece y un certero tiro de Tac-Tac pone fin a su vida.
Kalimán libera a Solín pero pronto se ven rodeados de guerreros Mau-Mau, llevándolos hacia una serie de jaulas que contienen a los animales capturados por Tac-Tac, quien finalmente se presenta ante ellos, revelado como un cazador extranjero llamado Gory Gog al que le falta una pierna (recibiendo el apodo de “Tac-Tac” por el sonido que hace su pata de palo). Los recibe con una mezcla de amabilidad y burlas, conduciéndolos a su sala de trofeos, surgiendo un choque de opiniones entre él y Hombre Increíble sobre sus aficiones.
Al hablar Kalimán sobre su objetivo, Tac-Tac niega rotundamente que existan ni la mina de diamantes (que ambiciona) ni la “Bruja Blanca” (que planea capturar para vanagloriarse). Los reúne con Yulma y Yambo, ofreciéndoles bebidas que contienen narcóticos para dormir. Sólo Kalimán alcanza a tomar la suya y cae inconsciente. Tac-Tac ordena que los encierren en jaulas hasta que aprendan a “domesticarse”, mostrando un interés especial en Kalimán.
El Hombre Increíble despierta, indignado ante la situación, liberándose a la primera oportunidad, doblando los barrotes después de engañar al guardia mediante ventriloquia para hacerle creer que los animales hablan. Tac-Tac es informado pero para cuando acude Kalimán ya ha liberado a sus compañeros y a los animales cautivos. Kalimán entretiene al cazador usando la ventriloquia para que crea que se convirtió en leopardo, permitiendo que se desate el caos con los animales sueltos. Tac-Tac jura venganza.
Kalimán y sus compañeros reanudan el viaje en una barca para seguir internándose en la selva.
Mientras, en la aldea Watussi, Galeno es envenenado lentamente por órdenes de Zafiro, como parte de un plan para quitarlo de su camino con sutileza.
Zafiro hace los preparativos para dirigirse a las minas de diamantes, ignorando las suplicas del profesor de no abandonarlo, confiando en que estará muerto para cuando él regrese.
Kalimán y sus compañeros recolectan alimentos en la selva, ignorando que un gorila con inteligencia humana los espía, reconociéndolos como intrusos que deben morir.
Sorprende a Solín y a Yulma pero se retira antes de que Kalimán pueda verlo, viendo las huellas que dejó que verifican su presencia. La descripción concuerda con lo que esperaban del cuento de los gorilas humanos (aunque Kalimán se pasa con sus argumentos escépticos). El gorila se reúne con los suyos y destruyen la barca para que no puedan escapar. El grupo de Kalimán llega muy tarde para impedirlo y los siguen a distancia, observando como se encargan de administrar un cargamento de bambú (que emplearán para fabricar lanzas). Toman la balsa de los gorilas para seguir su camino pero los descubren y los atacan desde lo alto con enormes piedras.
Eludiendo las piedras y permaneciendo sumergidos, los hacen creer que los aniquilaron y se ponen a salvo en otro punto, deliberando sobre la aparente confirmación de la tribu de gorilas humanos (sintiendo Kalimán que podría estar próximo su encuentro con la “Bruja Blanca”).
De vuelta con Zafiro y su comitiva, su camino los lleva a la caverna que da al territorio de los gorilas humanos. Las inteligentes bestias los atacan brutalmente con un bombardeo de piedras, masacrándolos en instantes.
A distancia, el grupo de Kalimán sigue el rastro de los gorilas, habiendo conseguido otra balsa. Les toca descubrir a un moribundo Zafiro, delirando en sus últimos momentos, describiendo a sus atacantes. Kalimán inquiere sobre lo que pasó con Galeno pero Zafiro sólo alcanza a mencionar la aldea antes de estirar la pata.
Compasivo, Kalimán lo entierra y expresa su deseo porque encuentre el descanso eterno.
Continúan adelante y son emboscados por los guerreros Watussi, llevándolos a la aldea.
Mientras, en la aldea de los gorilas, finalmente conocemos a la Bruja Blanca, participando en una ceremonia ritual ante sus súbditos, ordenando la ejecución de un nativo que capturaron, ya que no perdonan a los invasores.
En la aldea Watussi, Kalimán pide pelear por la vida de sus compañeros pero les niegan el derecho, rodeándolos en formación para que no puedan salir, liberando a un león de melena negra para sacrificarlos. Kalimán se enfrenta a la bestia, resistiendo como puede, hasta que tiene oportunidad de derribarlo con un dardo somnífero.
Un certero tiro a distancia destruye su cerbatana y se presenta Tac-Tac, mostrándose como un respetable aliado de los Watussi. Su intención es llenar de balas a Kalimán pero con la hipnosis, le hace creer que su arma se derrite.
Tac-Tac y los Watussi echan a correr y Kalimán rompe el arma, procediendo a entrar a la tienda donde Galeno sigue siendo sufriendo por el envenenamiento. Afuera, Tac-Tac convence a los Watussi de superar su miedo y prenderle fuego a la tienda para eliminar al “brujo”. Aprovechando la humedad del suelo, Kalimán cava rápidamente para sacar a sus compañeros de ahí en lo que el fuego consume la tienda, frustrando al cazador.
Kalimán y sus compañeros huyen a través de la selva, siendo perseguidos de cerca por Tac-Tac y los Watussi. Kalimán recibe toda su atención, ascendiendo hacia una montaña donde cae hacia el rio, saliendo ileso del impacto y reuniéndose con los demás, logrando perderlos momentáneamente.
Galeno reacciona, recuperándose poco a poco y lo ponen al tanto del destino de Zafiro, exigiendo que le permitan integrarse al grupo ya que no podrá descansar hasta ver con sus propios ojos a los gorilas.
Durante la recolección de comida, encuentran una estatua que representa a la deidad pagana de los gorilas humanos, siendo espiados por otro gorila que enseguida corre la voz hasta su aldea. Guk, el más anciano de los gorilas, informa directamente a su reina sobre la presencia de los extranjeros. Ella se muestra interesada en conocerlos.
Volviendo a la barca, el grupo de Kalimán penetra a la caverna tras el paso de la cascada.
Debido a las órdenes de la Bruja Blanca, los gorilas se limitan a espiarlos, permitiendo que se adentren más. Llegan a una apacible sección selvática donde Solín cae en una trampa, identificada por Kalimán como producto de los temibles pigmeos. Kalimán ayuda a sacarlo y les advierte no mostrar temor, percibiendo que se encuentran rodeados por los pequeños salvajes, armados con flechas envenenadas. Prendiendo una fogata, consiguen mantenerlos alejados, protegidos por la oscuridad de la noche pero dejando que se turnen la vigilancia.
Kalimán utiliza la Percepción ExtraSensorial para inspeccionar los alrededores apartados, divisando a un gorila gigantesco. Regresa a su cuerpo y decide guardarse ese descubrimiento hasta estar seguro de que lo que vio fue real.
En sus aposentos, la Bruja Blanca es informada de la localización de los extranjeros, poniéndose en marcha para conocerlos.
Mientras, Tac-Tac y los Watussi siguen el rastro, pasando por el acceso de la cascada, rumbo a un reencuentro fatal.
Los pigmeos finalmente hacen su movimiento. Kalimán cae en una trampa selvática que lo mantiene distraído en lo que ellos amenazan a los demás, siendo una maniobra cuyo único fin era capturar a Yulma. Kalimán se reúne con ellos y es puesto al tanto, partiendo con Solín para rescatarla, indicándoles a Galeno y a Yambo que los esperen. Eventualmente, se cansan de esperarlos y acaban cayendo en la misma trampa que Solín, quedando atrapados en un agujero, sin esperanzas de salir.
Kalimán y Solín se acercan a la aldea de los pigmeos, viendo que han atado a Yulma para sacrificarla ante el gorila gigante, invocándolo en la distancia. La Bruja Blanca se da cuenta, ligeramente contrariada al sentir que irritan a “Bari-Gog” innecesariamente.
Para liberar a Yulma, Kalimán crea una distracción, aprovechando la dirección del viento para desatar un incendio que alcanza a la aldea de los pigmeos, orillándolos a batir retirada.
Apenas la tiene en sus brazos, Bari-Gog se presenta y no le queda de otra más que hacerle frente, retándolo a pelear.
La bestia acepta y una desigual lucha se desata, imponiéndose la fuerza bruta del gorila sobre el Hombre Increíble, atrapándolo en su abrazo triturador de huesos.
La Bruja Blanca observa todo y llama al gorila para que desista, dejando a Kalimán y regresando a su rincón de la selva. Intrigado, Kalimán lo sigue con precaución, divisando a la exótica mujer, confirmando su existencia.
Regresan con Yambo y Galeno, sacándolos y siguiendo otro camino, ignorando que Tac-Tac y los Watussi van tras su pista.
De vuelta en sus aposentos, la Bruja Blanca ordena que no maten a los extranjeros, indicando estar interesada en conocer mejor a Kalimán.
Continuará…
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