Bueno, amigos, este recorrido por la nostalgia multicultural ha sido divertido pero creo que para este punto ya estamos tocando fondo.
Para cerrar con broche de oro, haremos un retroceso a nuestras raíces. Es decir, retomaremos el cómic mexicano.
Como tema final, tendremos nada más y nada menos que un autentico clásico épico, un tema que otros ya han tocado de un modo u otro, pero del que nunca sobre decir más por lo que ha significado y el legado (a veces imperceptible, eso hay que reconocerlo) que ha dejado:
Muchos recordaran a este personaje clásico originado de la radiodifusión en 1963, el cual era extremadamente popular en aquel entonces y así continuó a lo largo de las décadas. Un héroe único que representa todas las virtudes del hombre, mental y físicamente capacitado (a niveles un tanto exagerados pero aun estando en el nivel humano), un aventurero que con el uso de sus insólitas habilidades enfrenta todo tipo de peligros, siempre actuando como defensor y justiciero. Si, estoy seguro de que todos conocemos, recordamos o al menos hemos escuchado sobre Kalimán y sus apasionantes aventuras, y no faltan aquellos que añoren los viejos días en que andaba siempre con su compañero y discípulo, Solín, viajando hacia cada rincón del mundo, yéndose en ocasiones más allá del tiempo y el espacio, lidiando con adversarios implacables, guiados por la maldad y la ambición, algunos capaces de igualar o superar a Kalimán en fuerza y poder como el descarriado Karma o ser tan persistentes e insidiosos como el pérfido asesino conocido como la Araña Negra.
Las aventuras de Kalimán fueron adaptadas a las historietas apenas un par de años después de que se fundamentaran como un programa de radionovelas, y si bien la mayoría no son productos de alta calidad (tanto el arte como el argumento decaen significativamente con el paso de los años, pero desde el principio se han encontrado muchas inconsistencias dentro de sus varias epopeyas), nadie puede negar que eran extremadamente entretenidas. No obstante, la época de Kalimán terminó hace mucho tiempo, al menos con lo que respecta al cómic (ignoro si sus radionovelas sigan transmitiéndose pero hace años que se ha hecho evidente que si señal ya no alcanza a toda la República Mexicana).
Para definir lo que son las historias de Kalimàn, tenemos que tomar en cuenta sus patrones repetitivos, los cuales son constantes y vuelven la trama sosa y las acciones muy predecibles. Podemos sintetizar así el seguimiento general de casi todas las series:
Todo inicia con Kalimàn en tal parte del mundo atendiendo tal asunto (intereses personales o haciéndole el favor a alguien que solicitó su presencia), siempre acompañado de Solín, y de inmediato se presenta alguna situación que huele a conspiración, por lo que los dos se van de metiches para resolverla. Solín es mas estorbo que ayuda, ya que a lo largo del caso se la pasa metiéndose en peligro por su ingenuidad o servirle como rehén a los villanos, complicando la vida de Kalimàn que tiene que rescatarlo o rendirse para que lo dejen ir, exponiéndose a una trampa mortal (de la que muchas veces parece no haber escape pero siempre la libra, ya sea usando la Percepción ExtraSensorial, haciéndose el muerto, o algún otro truquillo mágico o ingenioso). Kalimàn reparte trancazos, aplica métodos de no violencia cuando puede (una cerbatana de dardos somníferos que casi siempre se pierde o le arrebatan en algún punto de la historia) y se la pasa repitiendo frasecillas de sabiduría (a veces más de lo necesario o en los momentos equivocados), reflejando una rectitud inquebrantable. Tradicionalmente, tiene que haber una mujer, una joven de excepcional o modesta belleza que funja como la damisela en desgracia particular de cada aventura. Ésta acompaña al Hombre Increíble y su pequeño compañero en todo momento desde el punto en que se les pega, siendo amiga o aliada según la ocasión, a veces hasta enamorada platónicamente de Kalimàn (muy raras veces es correspondida) y si hay algo para lo que podemos contar sobre la dama en turno es que comprometerá aun más la misión porque, ya sea junto con Solín o ella sola, requerirá ser rescatada un sinfín de veces. En cuanto a Kalimàn, la muerte tiene una constante presencia sobre su persona (literalmente, en ocasiones hasta le habla) y debe derrotarla con métodos extraordinarios aun cuando su derrota parece segura, a través de los medios que ya mencionamos. Al final, por una chiripada de ultimo momento o un inesperado y muy forzado giro anticlimático, todo se resuelve con los villanos muertos a causa de un estúpido accidente kármico (cuando no les toca matarse entre si, o muy ocasionalmente, ser arrestados). Y casi nunca hay un epilogo de los eventos (desde que el villano fue vencido, todo acabó y si quedaron cabos sueltos, nunca los veremos, se esfuerzan mucho por hacer una historia de acción en la que poco importa dejar que los personajes se relajen cuando el peligro terminó).
Pese a haber sido reducido a un recuerdo la época en que se publicaban las mejores aventuras del Hombre Increíble, a finales de 1998, hubo un pequeño empuje que trajo de vuelta al personaje en económicas reediciones con sus clásicas presentaciones, sin perder su estilo original (mayormente). Por razones no explicadas, la reedición no comenzó desde el principio sino que se adelantó considerablemente desde la serie 18 de las 37 que constituyen la historieta original. Gracias a que la continuidad no es del todo importante (la mayor parte del tiempo hacen caso omiso de ésta) en las historietas de Kalimán, ese detalle no afecta en nada el recibimiento de la revista, tomando un muy buen camino que prometía un pleno regreso a la euforia por el Hombre Increíble.
Tristemente, esta etapa no duró más allá de 325 números (cubriendo apenas 9 series y dejando inconclusa la ultima que ni a la mitad llegó). Una verdadera pena y una derrota memorable para Kalimàn (aunque en parte, el problema vino por otros factores que explicaremos en su momento), significando su fin hasta que un nuevo empuje sea posible y esta vez logre restaurar por completo el auge del Hombre Increíble (improbable como no logren elaborar nuevas historias de alta calidad, de lo contrario se limitará a más reimpresiones que podrían no durar demasiado nuevamente).
Así que siguiendo la costumbre y para honrar su memoria, daremos un repaso hacia la reedición de su revista entre cada una de las series que alcanzaron a presentar (junto con algunos extras).
Como posiblemente esto conforme el último tema de este blog, quiero aprovechar para agradecer a todos los que hayan seguido mis particulares sinopsis que he presentado hasta la fecha, y más si lo han hecho al estilo de Kalimàn (es decir, con “Serenidad, serenidad y paciencia, mucha paciencia”).
Muchas gracias a todos y espero que este esfuerzo haya servido para recordarles y transmitirles el sentimiento (así como a mi mismo, nostálgico de corazón) de algunas de las mejores etapas de las publicaciones mexicanas, grandes o pequeñas, originales o foráneas pero que se asentaron muy bien por aquí durante una temporada.
Al resto de los lectores y a los realizadores o responsable de cada titulo que haya sigo referido en este blog… ¡Gracias!
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