Después del retroceso que fuera la serie anterior, la revista prosigue con la que tocaba originalmente (23), La Bruja Blanca, siendo la más larga de las presentaciones en esta versión. Esta serie en particular toma bases en dos de las radionovelas originales, La Bruja Blanca del Kilimanjaro y La Reina de los Gorilas, mezclando elementos de ambas para producir una trama y elenco notoriamente diferentes entre si.
En la historieta original, esta serie fue de las pocas que tuvieron una reimpresión antes de su cancelación (quedando inconclusa, de hecho).
Las secciones y suplementos especiales de la revista van desapareciendo poco a poco (después de una etapa de recaer en puras repeticiones, los Kalimisterios regresan del No. 238 al 250, presentando notas sobre los secretos de la Gran Piramide, el caso de Wernher Von Braun, Nikola Tesla, el Dalai Lama, Yuri Gagarin, avistamientos extraterrestres, un reporte actualizado sobre los estudios del Dr. Johannes Kylstra y su relaciòn con la pelicula El Abismo de James Cameron, y el mito de Agharta). La única que se mantiene (hasta el No. 250) es La sabiduría de Kalimàn, pero repitiendo las mismas frases (modificando el formato para darle una presentación más sofisticada) aunque eventualmente cambia su nombre a Los consejos de Kalimàn .
Vuelven a presentar otra serie de escenas de la pelicula de Kalimàn del No. 238 al 249.
A partir del No. 251, la revista pasa por un cambio editorial que conlleva a un pobre intento por desarrollar màs interacciòn con los lectores, abriendo paso a diversas promociones. Del No. 273 al 276, esto culmina en la presentaciòn de dibujos enviados por los lectores en la contraportada.
Vuelven a presentar otra serie de escenas de la pelicula de Kalimàn del No. 238 al 249.
A partir del No. 251, la revista pasa por un cambio editorial que conlleva a un pobre intento por desarrollar màs interacciòn con los lectores, abriendo paso a diversas promociones. Del No. 273 al 276, esto culmina en la presentaciòn de dibujos enviados por los lectores en la contraportada.
Kalimán, el Hombre Increíble No. 216-236
Kalimán y Solín viajan a la ciudad de Zanzibar con el fin de visitar a un viejo amigo del Hombre Increíble (pero claro que durante la llegada, Kalimán no pierde tiempo de bombardear a Solín con información histórica y cultural).
Paralelamente, hay agitación en la ciudad debido al descubrimiento que guardan celosamente el Profesor Julius Galeno y su ayudante descendiente Watussi, Zafiro, el cual consiste en un niño con facciones de gorila que encontraron durante una expedición (relacionado con el mito de una tribu de gorilas humanos que le interesa a Galeno mientras Zafiro sólo piensa en las evidencias de la existencia de inmensas minas de diamantes cercanas a ese punto).
Kalimán y Solín se presentan en la casa del mercader Abum-Rabim, conociendo a su joven hija, Yulma. Les muestra su más reciente tesoro: un diamante en bruto que le fue vendido por un soldado holandés, hecho que inquieta a Yulma, ya que se enteraron de que éste fue asesinado poco después. El viejo no cree tal historia, aunque toma nota de la existencia de las Panteras Negras, una tribu africana que aborrecen y matan a los extranjeros, ignorando que éstos lo vigilan a distancia (culpándolo de haber robado el diamante).
Atraídos por la curiosidad, Kalimán y Solín tienen una audiencia con Galeno y les permite ver por si mismos al asustado niño-gorila.
Kalimán lo apacigua y se interesa por el misterioso origen de la criatura, proponiendo emplear la hipnosis para descubrir sus secretos. Galeno, influido por Zafiro, intenta disimular su conocimiento del lugar exacto donde el niño-gorila fue capturado, poniendo a consideración la sugerencia del Hombre Increíble. Zafiro desconfía de Kalimán, alegando que su interés se encamina hacia las minas de diamantes (el burro hablando de orejas), lo que a Galeno no podría importar menos pero éste no puede evitar ser discreto sobre la posibilidad de comprobar la existencia de la tribu de gorilas humanos.
Yulma informa a Kalimán y a Solín que su padre ha muerto, despedazado por una pantera. Kalimán inspecciona la escena del crimen y deduce que no pudo ser un animal sino un humano armado con garras, indicando que fue obra de las Panteras Negras. Yulma teme que por sus creencias, el alma de su padre no descansará en paz, victima de la posesión de un objeto robado, por lo que Kalimán se compromete a devolver el diamante a su lugar de origen (y de paso, castigar a los culpables). Las Panteras Negras acechan y sigilosamente, hacen que el Hombre Increíble entre en alerta sobre su próximo ataque.
Galeno y Zafiro realizan estudios sobre el niño-gorila para analizar a fondo su constitución y grado de inteligencia.
Galeno y Zafiro realizan estudios sobre el niño-gorila para analizar a fondo su constitución y grado de inteligencia.
Kalimán y Solín, habiéndose percatado del collar con diamante en bruto que colgaba del cuello de la criatura, pasan a revisarlo, y nuevamente, el Hombre Increíble insiste con su propuesta de hipnotizarlo (y así obtener la localización de la mina para devolver el diamante de Abum-Rabim). Zafiro le advierte no andar de metiche pero Kalimán se impone y logra que Galeno hable de sus investigaciones sobre la tribu de gorilas humanos. Prometen regresar al día siguiente para proceder.
Yulma se adelanta a dar sepultura a su padre, engañada por las Panteras Negras, ocultos tras capuchas, con el fin de llevarla a un paraje donde puedan matarla sin testigos para consumar su venganza. Yulma intenta eludirlos como puede cuando Kalimán y Solín aparecen (provocando que los atacantes se oculten y decidan esperar otra oportunidad). Sin más impedimentos, proceden con el entierro del anciano y Kalimán promete devolver la joya a donde debe estar.
Galeno continua estudiando la estructura ósea y funcionamiento del cerebro del niño-gorila mientras Zafiro suelta quejas de que pierden el tiempo (impaciente por irse a saquear las minas de diamantes). Galena replantea sobre el mito de los gorilas-humanos, pero más allá de eso, le interesa la leyenda de una mujer rubia que reina sobre ellos. Hace los preparativos para la expedición, siguiendo el consejo de Zafiro de que únicamente ellos dos participen para no correr riesgos.
Kalimán visita a Galeno, examinando las radiografías que tomó del niño-gorila, antes de proceder con el experimento para conocer su origen. Su plan se ve frustrado debido a la muerte repentina de la criatura, aparentemente tras haber ingerido cianuro que Galeno tenía por el laboratorio.
Para Kalimán, es muy evidente que Zafiro fue el responsable (demasiado, casi casi lo cacharon con las manos en la masa) pero decide no insistir y pasar a otra cosa, pidiendo prestado el collar con el diamante que tenía el niño-gorila. Su estrategia es que Solín se lo ponga, convirtiéndose en la carnada para capturar a las Panteras Negras. Se despiden y Galeno y Zafiro siguen con los preparativos para la expedición. Galeno se extraña ante la iniciativa de Zafiro de cargar armas, mas su argumento lógico lo convence de que podrían necesitarlas.
Solín hace su parte, exponiéndose a un gran peligro. La intención de Kalimán es mantenerse a distancia para que los asesinos crean que anda solo y así aprenderlos, pero el plan es frustrado por la intervención de las autoridades que buscan llevarlo con el inspector para interrogarlo sobre el asesinato de Abum-Rabim. Kalimán no tiene tiempo de dar explicaciones, usando sus trucos de hipnotismo colectivo para desconcertarlos y regresar al lado de Solín.
Justo a tiempo, lo salva del ataque de las Panteras Negras, mas la reaparición de las autoridades provoca que los asesinos huyan. Habiendo pasado todo, Kalimán no tiene objeción en acompañarlos, dando su testimonio al inspector sobre los que mataron a su amigo, advirtiendo que ahora que han sido descubiertos se apresurarán en abandonar la ciudad.
Mientras, Galeno le muestra a Zafiro una fotografía que le enviaron donde se puede ver a la misteriosa mujer que reina entre los gorilas humanas, entusiasmándose cada vez más por conocerla. Kalimán y Solín tocan a la puerta para ver a Galeno y devolver el diamante pero es Zafiro quien los recibe, arrebatándolo y cerrándoles la puerta en las narices.
Kalimán lleva a Solín hacia las afueras, rumbo a las ruinas de un templo budista donde le pide información a un amigo monje, explicándole su misión por el descanso del espíritu de su amigo. El monje emplea el Jupir (arte de adivinación por arena) para ayudarles, indicándoles el punto exacto donde está la mina de diamantes, cercas del Lago Tanganica. Les advierte que habrá grandes peligros en su camino (reservándose la parte en que también habrá muerte pero no es nada nuevo para Kalimán) insinuando la aparición de los gorilas humanos y el ser que los dirige. Satisfechos, Kalimán y Solín se despiden, regresando con Yulma para ponerla al tanto. Ella quiere acompañarlos pero ellos no se lo permiten por el simple hecho de ser una indefensa mujer,
Pronto llega el momento de partir, y Kalimán y Solín abordan un barco donde también se encuentran Galeno, Zafiro y las Panteras Negras (disfrazados). No pasa mucho para Kalimán y Solín se reúnan con Galeno, irritando a Zafiro, creciendo su antipatía hacia los metiches.
Más tarde, dentro del camarote, Kalimán y Solín se extrañan al ver una enorme caja, descubriendo a Yulma, que subió de polizonte, necia en su idea de acompañarlos durante la expedición. Kalimán no está dispuesto a dejarla hacer su voluntad, anunciando sus intenciones de dejarla cuando toquen tierra y mandarla a casa, después de denunciarla con el capitán. Mientras Kalimán se ocupa de so, las Panteras Negras hacen su movimiento, enviando un mensaje a su nombre para que Solín y Yulma se dirijan a las bodegas, capturándolos para tenderle una trampa al Hombre Increíble. Kalimán irrumpe y es abatido por los boomerangs que portan los asesinos, amarrándolo para proceder a eliminarlo, rebanándole el cuello.
La aparición de los marineros les impide consumar el acto y aguardan a que se vayan. Para entonces, Kalimán se repone y sorprende a los asesinos, derrotándolos y recuperando por fin el diamante que debe regresar a su lugar.
Reportan todo con el capitán y retornan al camarote, donde les aguarda un cesto que les dejó Zafiro. Al abrirlo, se liberan cientos de abejas africanas y Kalimán le advierte a sus compañeros no hacer ningún movimiento para evitar cualquier picadura.
Galeno se encuentra comiendo con Galeno cuando Kalimán y sus compañeros se les unen, fingiendo que no llegaron a abrir el cesto (dejando a las abejas encerradas en el camarote), amenazando con hacerlo ahí mismo. La reacción alarmada de Zafiro denota su culpabilidad pero disimula una vez que revelan que el cesto este vacio, negando tener algo que ver en el atentado.
Solín y Yulma se retiran y Kalimán se queda platicando con Galeno, confiándole un poco más sobre lo que busca en su expedición, confesando lo del mito de la mujer salvaje.
Las Panteras Negras escapan del calabozo del barco, abriendo una salida a través de las garras de sus guantes, lanzando al mar para nadar hasta regresar a su tierra.
Yulma se encuentra con Solín afuera del barco, lamentando que pronto tendrá que separarse de ellos. Se topan con Zafiro, dándoles una mala vibra con sus palabras despectivas, fijándose en el diamante que lleva Solín, confirmando que Kalimán es una amenaza para sus planes al tener como meta la mina de diamantes.
El viaje termina y arriban a la ciudad donde requieren de un vehículo y un guía para continuar su viaje. Kalimán deja a Solín con Yulma, en lo que él busca por alguien que les proporcione el servicio, pero ante el viaje tan largo, recibe puras negativas. Zafiro, a distancia, se prepara para matarlo, utilizando una pistola con silenciador, pero se equivoca y mata a otra persona, echando a correr antes de que Kalimán pueda verlo. Lo único que el Hombre Increíble obtiene es el casquillo.
Solín se ve imposibilitado para detener a Yulma cuando ésta se dispone a salir, llevando la lista de amistades de su padre en la ciudad, regresando dos horas más tardes con Yambo, un joven guía que los acompañará y pondrá a su disposición su jeep. No obstante, la condición es que la permitan a ella formar parte del equipo, por lo que Kalimán y Solín ya no pueden objetar más, dejando que se salga con la suya.
El grupo de Kalimán emprende el viaje, ignorando que Zafiro colocó una bomba de tiempo en el jeep. El sexto sentido de Kalimán percibe la bomba cuando está a punto de estallar, abandonando los cuatro justo a tiempo.
Zafiro y Galeno abordan un avión privado, intrigados ante la presencia de encapuchados que son presentados como supuestos agentes federales de Kenya, con documentos que lo verifican. Receloso, Zafiro no les quita el ojo de encima, y no pasa mucho para que éstos se muestren como terroristas, secuestrando el avión y tomando al piloto de rehén. Zafiro toma su arma y dispara al líder. Éste se agacha y lo sujeta, revelándose como Kalimán (y a su vez, sus compañeros se revelan como Solín, Yulma y Yambo), aclarando que todo fue una actuación para obligarlo a disparar y obtener la prueba de que intentó matarlo, comprobando que el casquillo es idéntico al que obtuvo antes.
Sin embargo, la bala atraviesa el motor por accidente, provocando que el combustible se agote y el avión amenace con estrellarse. Kalimán toma el control, maniobrando para salvarlos a todos mediante un aterrizaje forzoso que termina con el avión cayendo en el pantano. El piloto muere en el impacto y el Profesor Galeno queda herido en una pierna pero es rescatado por Kalimán (luego de que Zafiro lo dejara a su suerte).
Varados en el desierto, les espera un largo camino rumbo a Kardùm para proseguir con su viaje. En el horizonte, Kalimán percibe la amenaza de los perros africanos, consciente de que es cuestión de tiempo para que los ataquen. Su única esperanza es poner la máxima distancia posible entre ellos, resistiendo el hambre y la sed tras pasarse horas caminando sin descanso (retrasándose por cargar con el malherido Galeno). Zafiro no deja de quejarse ni echarle la culpa a Kalimán de su suerte, orillándole a ponerlo en su lugar y advertirle que en cuanto lleguen a la civilización, lo llevará con las autoridades por el cargo de asesinato.
Se detienen para acampar, encendiendo una hoguera que mantendrá a raya a las bestias, encargándole a Zafiro la primera vigilancia. Mientras, Kalimán hace un ejercicio de proyección astral para comunicarse con los ingenieros a cargo de una presa no lo suficientemente cercana, tras haber hecho cálculos matemáticos para dar su localización exacta y pedir ayuda. Sin embargo, ellos lo toman por un fantasma o una alucinación, obligándolo a esforzarse más para que puedan ver su forma y lo tomen en serio.
En ese momento, Zafiro se queda dormido y los perros atacan con furia. El grupo se defiende como puede pero Kalimán queda a merced de las bestias. Regresa a su cuerpo en el último momento para rechazar al que se le arroja al cuello, y así pronto da cuenta de todos los demás. Los perros echan a correr pero Kalimán sabe que no se darán por vencidos y regresarán, sugiriendo seguir adelante, confiando en que su intento de pedir auxilio de frutos.
El grupo vuelve a detenerse a descansar, prendiendo una hoguera pero la leña se les acaba y los perros se precipitan, trayendo refuerzos.
Ante el número de enemigos, Kalimán siente que la resistencia es inútil pero en eso arriba el helicóptero con los ingenieros que vienen a rescatarlos, ahuyentando a las fieras. Zafiro se pone vivo y en una distracción antes de abordar el helicóptero, habla por lo bajo con uno de los ingenieros, ofreciéndole el diamante del niño-gorila para proponer un trato que deben mantener en secreto, sin enterar a Kalimán.
Los llevan al campamento de la presa donde Kalimán y sus amigos por fin pueden relajarse un poco antes de seguir rumbo a Kardùm. Por su parte, Zafiro consigue convencer al piloto de ayudarlo a escapar antes de que lo entreguen a las autoridades, disuadiendo a Galeno de seguirlo acompañando (todo porque lo necesita para encontrar la tribu de gorilas humanas mientras él va directo a lo que le interesa: la mina de diamantes).
El intento de escape es descubierto y Kalimán intenta colgarse del helicóptero para detenerlos. Zafiro lo rechaza de una patada pero Kalimán se aferra a una soga y empieza a trepar. Enloquecido, Zafiro se apodera de un hacha para cortar la soga, ignorando las protestas de Galeno sobre no querer ser cómplice de un asesinato.
El piloto tampoco está de acuerdo pero Zafiro impone su voluntad y terminar de cortar la soga, garantizando una caída a gran altura para Kalimán. Aunque aterriza en el agua, el impacto es brutal.
El helicóptero se aleja y Galeno sigue molesto con Zafiro. El sinvergüenza le espeta que es libre de irse por su lado cuando lleguen a Kardùm pero le recuerda que lo necesita para lograr su objetivo. Galeno se resigna a mantenerlo como su compañero de viaje.
Kalimán es atendido por los medicos pero su estado es grave y no recupera la consciencia. El diagnostico no es bueno y sus compañeros temen lo peor. Sugieren trasladarlo a Kardùm cuando Kalimán se recupera y exige que partan enseguida para apresurarse en aprender a Zafiro.
Continuara…
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