Kalimán, el Hombre Increíble No. 206-222
Hércules, a bordo de su carro jalado por un pegaso, amenaza desde lo alto, anunciando que ha venido a capturar a Kalimán para que responda ante Zeus por su crimen. Kalimán niega las acusaciones pero Hércules lo presiona, provocando estragos en el barco. Pidiendo que mantenga a los demás al margen, Kalimán se enfrenta a la poderosa deidad, empleando una astuta maniobra para derribarlo y pelear directamente. Hércules queda impresionado ante su audacia y resistencia conforme inician la contienda.
Al final, Kalimán cae ante los tremendos golpes del dios de la fuerza, y éste se prepara para llevárselo. Solín ruega porque le permita acompañarlo y Hércules accede, emprendiendo el retorno hacia el templo de Zeus (¿nadie usa la palabra Olimpo aquí?).
En su guarida, Poseidón se ufana ante Calypso de tenerla en sus garras, y con ello, la llave para dominar a Zeus. Como típico malvado, también se propone agasajarse con ella pero Calypso lo muerde cuando intenta besarla, irritándolo e incitándolo a recordarle que la matará si su padre no se doblega ante sus demandas.
Kalimán y Solín finalmente conocen a la deidad más importante, Zeus. Mostrando respeutoso, Kalimán le da una buena primera impresión pero Zeus se deja llevar por sus consejeros, exigiéndole confesar que hizo con su hija. Hermes da su testimonio de los hechos pero Kalimán aclara que él se encontraba en ese momento con Caronte, retándolos a que vayan a preguntarle. Hermes procede y, por supuesto, Caronte no está dispuesto a admitir que fue burlado, negando haber conocido a Kalimán. Todo se ve mal para Kalimán pero éste insiste en su inocencia, valiéndose solamente de su palabra. Un mensajero de Poseidón se presenta, entregándole una carta a Zeus donde Poseidón notifica tener a Calypso en su poder, indicando que Kalimán fue él que se la entregó.
Zeus vuelve a arremeter contra Kalimán y pierde la paciencia, descargando un rayo de fuerza magnética sobre él, derribandolo y ordenando que lo lleven a los calabozos, donde permanecerá hasta que muera. Hércules le ofrece a Solín un lugar como su sirviente pero el niño prefiere compartir la suerte de su mentor. Cargando al inconsciente Kalimán, lo llevan al punto más bajo, atándolo de las manos con cadenas. Condenados a morir de hambre y sed, Solín cree que ya no tienen escapatoria.
El mensajero regresa con su amo, transmitiéndole la respuesta de Zeus, el cual espera a que de sus condiciones para devolver a Calypso.
Kalimán recupera la consciencia y Solín lo pone al tanto de su situación. Como de costumbre, el Hombre Increíble cree que para todo hay solución. Venus se aparece para recordarle a Kalimán que el plazo se acorta y le queda poco tiempo antes de envejecer y morir. Admite no poder hacer nada por ellos ya que no está en sus facultades el desafiar las órdenes de Zeus pero con sus palabras les da una pista para encontrar la salida. Kalimán toma nota y rompe las cadenas, encontrando una gruta en las paredes que los lleva a una serie de laberintos subterráneos.
Los consejeros de Zeus le advierten no pactar por Poseidón, disuadiéndolo para que envié a su escuadrón de hombres-águila para que ellos rescaten a Calypso y den muerte al villano, ocultos por el manto de la noche. El tecolote vigilante de Poseidón advierte su presencia y éste envía a sus guardias para que los maten a flechazos, decapitándolos para enviar sus cabezas como un “regalo” para Zeus.
Kalimán y Solín atraviesan un rio subterráneo en busca de una salida cuando un pulpo gigante los ataca. Kalimán se libera y agarra a su pupilo, zafándose y llegando de vuelta a la superficie, encontrándose en otra caverna, disponiéndose a dar con un acceso menos peligroso.
Zeus es presionado por sus consejeros para no acatar ninguna de las exigencias de Poseidón, aunque eso signifique dejar que su hija muera. Al recibir un mensaje donde Poseidón exige el dominio de su reino, Zeus se indigna y consulta a una hechicera para que, a través de los oráculos, le diga como proceder. Ella revela que necesitan de un hombre con la cualidades exactas de Kalimán, ya que cualquier dios que se presente pondría sobreaviso a Poseidón, y solamente un mortal se acercaría lo suficiente para destruirlo y rescatar a Calypso.
Zeus ordena que saquen a Kalimán de las catacumbas para obligarlo a cumplir esa misión pero enardece al enterarse de su escape. Hermes es decomisado para poner en alerta a todos los dioses (Eolo, Júpiter, Neptuno, Marte, Hércules, Apolo y Venus, que se hace tonta), iniciando la búsqueda desesperada de Kalimán.
Vulcano y sus soldados se acercan a la caverna donde se encuentran Kalimán y Solín, removiendo las rocas con bastones metálicos. Intentan esconderse para eludirlos pero son descubiertos.
Mientras, Poseidón recibe la negativa de Zeus y coloca a Calypso bajo una guillotina, activada para caer sobre ella cuando caiga el último grano de un reloj de arena conectado, advirtiendo que tiene tres días antes de que eso pase.
Los esfuerzos de Vulcano y sus hombres por capturar a Kalimán y a Solín terminan con darlos por muertos después de hacer hervir el rio para hacerlos salir. Ignoran que lograron ponerse a salvo, con Kalimán optimista en que hallarán otro camino mientras siguen caminando contra la corriente.
Para seguir presionando a Zeus, Poseidón se transforma en un halcón para hacerle una visita. Zeus lo descubre e intenta capturarlo pero Poseidón se resiste y lo hiere, escapando (recibiendo un flechazo de parte de sus guardias en el intento).
Finalmente, Kalimán y Solín consiguen escapar, hallando un par de tortugas gigantes en la playa para usarlas como transporte, dirigiéndose a las islas del norte para enfrentar a Poseidón. Eolo alcanza a escuchar la voz de Kalimán, reconociéndola y avisándole a Neptuno. Ellos logran evitar ser vistos pero sus huellas en la playa los delatan y Eolo hace correr la voz. Hermes le informa a Zeus sobre la localización de Kalimán, comprendiendo que ya va directo hacia Poseidón, considerándolo un suicidio al no atender las instrucciones y armas apropiadas que él hubiera puesto a su disposición. Eolo y Neptuno trabajan juntos con el fin de capturar a Kalimán en el mar pero con sus habilidades, él y Solín logran burlarlos durante todo el camino.
En sus aposentos, Poseidón se siente nervioso y utiliza la hechicería para percibir un peligro cercano sobre su persona, que sombríamente identifica como Kalimán, ordenando que redoblen la vigilancia para prevenir cualquier atentado.
Kalimán y Solín ascienden para llegar al palacio de Poseidón sin ser vistos. Empleando un dardo somnífero, Kalimán evita que el tecolote vigilante anuncie su llegada a su amo y luego descuenta a un guardia para tomar su lugar (aprovechando que parte del uniforme de estos implica el uso de capuchas) e infiltrarse en la fortaleza.
Poseidón descubre al tecolote, percatándose de la presencia del intruso, y decide tomar medidas.
Kalimán le indica a Solín permanecer oculto mientras él explora en el palacio, localizando la habitación del villano. Regresa con su pupilo para hacer una revisión a profundidad del interior a través de la proyección astral, encargándole a Solín despertarlo si alguien se aproxima, tocándolo en la frente con el mango de su daga. De esta forma, Kalimán confirma la posición de Calypso y tiene oportunidad de echar un vistazo a un libro donde se narra el origen de Poseidón, creado por el fuego (tomando nota sobre su debilidad, que es el fuego mismo, capaz de destruirlo por completo).
Poseidón convoca a todos sus hombres para informarles que hay intrusos y deben revisar en cada rincón hasta dar con ellos. Solín se pone en alerta y trata de seguir las indicaciones de Kalimán pero la daga se le cae y en su intento de recogerla debe descender hasta una cámara repleta de esqueletos. Los guardias hallan a Kalimán y se disponen a matarlo pero Solín usa un cráneo para asustarlos. Percibiendo la señal, Kalimán regresa a su cuerpo y a su posición como infiltrado entre los guardias del villano.
Sospechando la jugada, Poseidón invoca a sus hombres de nuevo y les ordena quitarse las capuchas. Kalimán realiza un ejercicio de gesticulación para modificar sus acciones, desconcertando al maligno dios por un momento, aprovechando para atacarlo por sorpresa. Lo reta a pelear y Poseidón acepta pero a la primera se transforma en buitre y lo ataca con la ventaja del vuelo y sus garras.
Kalimán se apodera de una antorcha para asustarlo pero el villano le advierte que no servirá de nada postergar la batalla. Su maniobra activa una trampa que Kalimán apenas elude pero logra alcanzar su espejo mágico, amenazando con destruirlo para dejarlo atrapado en esa forma si no lucha limpiamente. Poseidón accede y regresa a su forma humana pero activa otra trampa que hace caer a Kalimán por una compuerta, rumbo a un profundo pozo subterráneo, condenándolo a morir ahí.
Zeus vuelve a ser disuadido por sus consejeros de dejarse de vacilaciones y atacar directamente a Poseidón, encomendando la misión a Júpiter y a Vulcano para que destruyan el palacio del villano (pero asegurándose de encomendar a Marte el rescate de Calypso).
Kalimán descubre un acceso en el pozo al exterior, abriéndose una salida con gran dificultad, en un proceso agónico pero finalmente le permite liberarse y respirar aire cuando ya todo parecía perdido. Recibe un mensaje telepático de Solín, avisándole de su propia situación precaria ya que sellaron la salida de la cámara de calaveras donde se había escondido, quedando en peligro de morir de asfixia. Kalimán se apresura para salvarlo.
El devastador ataque contra el castillo de Poseidón tiene lugar. Júpiter descarga sus rayos y Vulcano hace brotar fuego del suelo, aniquilando rápidamente a los hombres del villano. Kalimán saca a Solín de la cámara y se apresuran a entrar a las habitaciones de Poseidón (y de paso, aprovechan para destruir el espejo mágico, limitando sus recursos) para liberar a Calypso pero el villano se adelanta, retirando la guillotina en el ultimo momento. Kalimán se interpone en el camino de Poseidón y recibe un rayo de Júpiter directamente para impedir que lo mate (ya que si Poseidón muere, la juventud y fuerza que le robó morirán con él).
Esta acción es interpretada por Júpiter y Vulcano como un gesto inequívoco de que es cómplice del villano. Solín se queda al lado de su mentor inconsciente mientras Poseidón procede con la huida, internándose en túneles secretos, dando con un grifo que aborda para salir de la isla. La devastación es tal que los dioses dan por muerto a Poseidón (y con él, a Calypso).
Júpiter, Vulcano y Marte se disponen a ejecutar a Kalimán al descubrir que aun vive. Éste se incorpora pero descubre que el rayo lo ha dejado ciego. Al percatarse de ese detalle, los tres dioses se burlan de él, considerándolo un justo castigo por su alianza con el villano, rehusándose a aceptar su reto de enfrentarlo en ese estado.
Se retiran sin más pero Kalimán no cree que Poseidón haya muerto y le pide a Solín servirle de lazarillo para dar con un punto alto donde a través de la telepatía, confirma la presencia y localización del villano.
Poseidón lleva a Calypso a su nueva guarida en una cueva marcada por una calavera, anunciando que su venganza contra su padre por destruir su castillo y sus hombres será terrible. Invocando aves de fuego, Poseidón las lanza contra el templo de Zeus, causando estragos significativos.
Confirmando a través del oráculo el nombre del responsable, Zeus se prepara para tomar represalias.
Apoyándose en Solín para que lo guie en cada paso, Kalimán desciende de la montaña, dirigiéndose a la playa para emprender el viaje a nada rumbo a la isla donde Poseidón se oculta, para derrotarlo de una vez por todas.
Para acrecentar su venganza, Poseidón usa un hechizo sobre Calypso para convertirla lentamente en estatua y enviarla de regreso a su padre como parte de un insulto y desafío.
Kalimán y Solín arriban en la isla pero son recibidos por enormes buitres. Superados en número y con la desventaja de la ceguera de Kalimán, se resguardan en una cueva donde esperan hasta que sea de noche para eludir a las aves de rapiña.
Zeus anuncia que Poseidón sigue con vida, solicitándolo los servicios de un hechicero para averiguar donde se oculta mediante la bola de cristal (¿el oráculo no sirve para eso?). Una vez mostrada la marca de la calavera, Hermes es enviado para poner en alerta a las demás deidades, reanudando la cacería.
Kalimán y Solín suben hasta la cueva donde se esconde Poseidón, descubriendo a Calypso. Pero antes de alcanzarla, deben encarar a la legendaria bestia, Fedra, el perro de dos cabezas, a quien el villano dejó vigilando. Kalimán, que para entonces ha agudizado sus otros sentidos para compensar la perdida de la vista, logra detenerlo con una hábil maniobra que lo arroja de la cueva.
Consideran el estado inmovilizado de Calypso, impotentes para ayudarla. Poseidón irrumpe y ataca a traición pero Kalimán rechaza el arma que arroja, retándolo a pelear cuerpo a cuerpo. Poseidón sólo cambia de arma y sigue atacando frenéticamente pero el Hombre Increíble lo rechaza.
Herido con su propia espada, Poseidón no se da por vencido, provocando un derrumbe con sus poderes. Dejándolo inconsciente, Poseidón carga con su cuerpo, y como Solín insiste en acompañarlo, arroja a ambos a un barranco, provocando que a su alrededor la tierra se hunda, formando un profundo abismo que hace imposible su escape.
Kalimán despierta y es puesto al tanto, descubriendo algo más alarmante al ver que sus manos están llenas de arrugas, indicando que su tiempo se acaba.
Neptuno y Eolo localizan el escondite de Poseidón y corren la voz. Hermes lo anuncia ante Zeus y éste decomisa a Marte para que parta con la misión de matar al desgraciado.
Poseidón se burla de que sólo falta una noche para que Calypso quede convertida en estatua mientras se ocupa de preparar un nuevo espejo mágico para volver a cambiar de forma.
Kalimán desenreda su turbante para hacerse de una soga que, con ayuda de Solín, termina ayudándoles a escapar de la trampa. Al precipitarse su ancianidad, Kalimán queda en riesgo de caer pero logra sostenerse y ponerse a salvo. Regresan a la cueva para la última batalla.
Júpiter comienza a bombardear los alrededores con sus rayos, y Poseidón envía a sus buitres y pájaros de fuego, los cuales se enfrentan a Marte y sus guerreros, con el refuerzo de los elementos, cortesía de Eolo y Neptuno.
Poseidón planea convertirse en pájaro y escapar pero Kalimán arruina su plan al dispararle con la honda de Solín, retándolo a pelear. Poseidón amenaza con transformarlo en sapo pero Kalimán le arroja una piedra directo a la frente para cegarlo momentáneamente, quedando igualados para una lucha en las mismas condiciones.
El forcejeo entre Kalimán y Poseidón es interrumpido por el ataque desenfrenado de los dioses después de arrasar con las tropas del villano, desatando un derrumbe. Poseidón muere, aplastado por los escombros, pero antes su medallón cae al abismo, perdiéndose con éste la salvación de Kalimán. Tomando a Calypso, Kalimán y Solín salen a tiempo pero el final se acerca para el Hombre Increíble, ya demasiado envejecido. Venus aparece para agradecerle por salvar a la hija de Zeus y Solín suplica por una oportunidad más para que su mentir evite su triste destino. Venus considera que lo merece, indicándole que su única esperanza es seguir el camino hacia la Fuente de la Eterna Juventud, destinada a los dioses. Extremadamente debilitado, Kalimán libera una lucha desesperada contra el tiempo, apoyándose en su fuerza de voluntad, con Venus animándolo todo el camino, hasta que finalmente llega a su objetivo, sumergiéndose en las aguas y viéndose restablecido por completo, rejuvenecido y con la vista recuperada.
Venus lo felicita y le indica llevar ahí a Calypso para librarla a su vez de la maldición de Poseidón. Kalimán lleva a cabo la tarea y espontáneamente, inicia un romance apasionado con la agradecida Calypso.
Sin embargo, los dioses los descubren, prohibiéndole a Kalimán amar a la hija de Zeus. Venus le regala a Kalimán la espada y el escudo de Aquiles para desafiar a los dioses, emprendiendo una breve pero espectacular (e irrelevante) batalla.
Al final, no puede impedir que Eolo le arrebate a Calypso, enviándola de vuelta con su padre mientras él y Solín son atrapados por un remolino de agua y aire.
Kalimán y Solín despiertan en la playa, donde aparecen sus conocidos marinos, revelando que llevaban algún tiempo buscándolos desde que naufragó su barco. Se preguntan si de verdad vivieron aquella aventura, quedando una prueba en la forma de un anillo que Calypso le regaló a Kalimán, a quien sólo le queda reflexionar y sacar lo mejor de su insólita y fantástica aventura.
Reflexiones…
Un relato fascinante pero no muy bien estructurado debido a la bizarra mezcla de mitos griegos con aportes de la propia cuchara de los creativos de Kalimàn. El argumento presenta muchas inconsistencias entre los hechos y los elementos que intervienen al grado de dar la impresión de que todo esto lo hicieron como una simple excusa para poner a Kalimàn conviviendo con los personajes de la mitología griega, pero todo a la carrera, sin haberla planeado cuidadosamente de antemano, improvisando número a número (algo casi imperdonable para este etapa de las historias del Hombre Increíble).
Curiosidades y metidas de pata:
• Entre el No. 220 y el 221, nuevamente se perdió un capitulo de la historia (lamentablemente, el capitulo en que el villano principal pierde la vida).
• Al principio, Kalimán no toma muy en serio las historias del marinero supersticioso. Después se burla abiertamente de ellas. Luego, decide darle el beneficio de la duda. ¿Por fin? ¿Van a ser escéptico o de mente abierta? Además, el marinero da la impresión de no haber recibido el memorándum de que iban a capturar al tiburón durante el viaje, una noticia demasiado jugosa como para no haber sido comentado entre toda la tripulación.
• ¿Por qué perdieron tanto tiempo con el cuento de la serpiente de mar y los sueños de venganza del marinero si desde que salió Neptuno, mandaron todo esto al demonio? Hablando de subtramas iníciales irrelevantes…
• Obviamente, hubo una falta de conocimiento e investigación imperdonable en cuanto a los mitos griegos que están tratando aquí. Primero lo primero… ¿Zeus y Júpiter son dioses diferentes? ¿En serio? ¿Y desde cuando Calypso es hija de Zeus y Atenea, quien según la mitología es hija de Zeus? Además, Calypso ni siquiera es una diosa (¡es una maldita ninfa!). En cambio, Hércules si es hijo de Zeus pero en ningún punto de la historia mencionan el parentesco (quizás no era relevante pero igual se siente muy tonto que para hijos de Zeus, en todo lo que fue esta historia, Calypso fuese la única que reconocieran como tal).
• Incluso en cuanto a criaturas mitológicas les faltó investigar ya que no pudieron diferenciar entre lo que son las sirenas griegas con las otras sirenas (mujeres peces). También hicieron caso omiso de la verdadera historia de las amazonas y todavía les metieron gorilas que no tenían nada ver que con la mitología.
• Sin duda alguna, el peor error de todos fue el aparente acierto de presentar a un dios “original” para darle un villano a Kalimán en la historia. Y si bien en cierto modo lo fue, su nombre no, ya que ponerle el nombre del dios del mar (presentado en la historia con su nombre romano: Neptuno) fue una pésima idea. ¿Qué tan difícil es inventar un nombre original para un dios griego?
• Cuando Solín y Kalimán caen en el nido de los aguiluchos, estos son mucho más grandes que sus padres (¿acaso este tipo de águilas se reducen al crecer o que?).
• Kalimán podrá ser muy caballeroso y todo lo que quieran pero no podemos negar que en ocasiones se inclina a cometer el error de subestimar a las mujeres.
Sin embargo, en esta historia se pasa de la raya debido a sus muy ofensivos comentarios sexistas a lo largo del episodio de las amazonas.
Ciertamente como para matarlo.
• Cuando Kalimán se zafa de la trampa de Poseidón en el risco en medio del abismo, tuvo que usar su turbante como soga. Sin embargo, parece que el dibujante se distrajo ya que de un cuadro acá, mágicamente tiene el turbante de nuevo en la cabeza mientras está maniobrando, y después otra vez los vemos sin éste. ¿Qué pasó?
• La portada del aniversario 34 de Kalimán presentada anteriormente en el No. 52, se repite en la del No. 197.
• Si bien Venus dijo que no podía desobedecer una orden de Zeus en cuanto a la sentencia de Kalimán no entiendo porque simplemente no aboga a su favor, si ella ha estado ayudándole desde un principio en esta aventura. Siendo Zeus un dios tan importante… ¿Cómo es posible que una de sus subordinadas esté mejor enterada de la situación de los mortales fuera de lugar? En cambio, la palabra de alguien como Caronte parece ser mucho más confiable para ser valida en este caso. Parece que el puesto más alto se lo dieron a la deidad equivocada...
• Dijeron que Poseidón había nacido del fuego y por lo tanto moriría en el fuego, como si con eso indicaran que solamente podía morir de esa forma. Sin embargo, al final muere aplastado, una forma de morir que se siente como la de cualquier mortal. ¿Están seguros de que este sujeto era un dios y no un mortal con algunos trucos bajo la manga?
• Tomando en cuenta que esta aventura transcurre antes de las que hemos referido hasta entonces, sobra decir que el hecho de que Kalimán se quede ciego en algún punto de la historia y que luego recupere la vista, ya se ha vuelto un cliché muy gastado. Aun así, debo señalarlo (mil disculpas por el retraso).
• Esta serie se gana el premio al presentar no sólo varias portadas mentirosas, sino también por un gran atraso de hechos en cuanto al contenido de cada número con lo que reflejan las portadas (casi se diría que usaron portadas de otras series porque las que correspondían no estuvieron disponibles sino hasta mucho después).
Entre las mentirosas o exagerados, encontramos casos como el del No. 195, donde Kalimán en ningún momento se enfrentó a esta clase de monstruo.
Ni tampoco a esta diosa transformista del No. 200.
Y que decir de la del No. 203, presentando una versión completamente diferente de las amazonas (jamás se dijo que tuvieran la fuerza de dos hombres y no empuñaban lanzas sino arcos con sus respectivas flechas).
Zeus jamás se transformó en un águila de oro para hablar con Kalimán en el No. 209.
Y en ningún momento salió un gorila de dos cabezas fuera de la portada del No. 212.
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