Y tal y como esperábamos, lo que Eva le iba a dar a Aldo sólo eran clases de biología para repasar los complicados temas (en mi opinión, demasiado avanzados para el nivel secundaria ¿esperan que esos chicuelos a aprenden las clases de filum? ¡Por favor!) Pero cada cosa que dicen, el niño la interpreta como alguna vulgaridad, “repitiéndolo” por teléfono para enardecer a Lucy, que sale disparada hacia allá.
Eva señala que Aldo no es tan mal estudiante y él atribuye su fracaso escolar a los mutantes, desviando la conversación hacia el amor de ella por Meteorix, aclarando que ahora le interesa alguien más. Eva cambia el tema antes de exponerse (ya, ni que fuera tan humillante admitir que está enamorada del menso con su reputación de fácil) pasando a hablar de sus problemas con Lucy, señalando sus cualidades que la ponen como una chica inocente (justo en ese mismo momento en que Lucy anda golpeando a un grupo de religiosas en la calle).
Aldo se recupera y Eva lo encamina a la salida para que vaya a pedirle perdón a Lucy, advirtiéndole que ya no podrá ayudarlo para que no pasen más malentendidos, arrepintiéndose en cuanto le cierra la puerta, preguntándose si su amor por él ha provocado algún cambio en su actitud. Claro, se consuela enseguida de haber tirado por la borda la oportunidad de pasar más tiempo con él al acordarse de que aun tiene Meteorix (quien sólo aparece cuando su vida está en peligro en manos de mutantes).
Aldo camina frustrado por la calle, reacio a la idea de estudiar solo, envidiando la suerte de su hermano al que le cayó una millonaria. En eso, “Emma” pasa en su coche y le ofrece darle aventón.
En casa de la familia Alva, Alberto discute con Dulce sobre sus dudas sobre que Nandito esté preparado para casarse, por ser muy joven y tratarse de una desconocida, poniendo el amor por encima de todo para que valga el matrimonio. Dulce le recuerda lo que eso les ha dejado a ellos, abriendo una emotiva retrospectiva de su juventud. Con éste vistazo al pasado, aprendemos que ella era la clásica chica rica encaprichada con el estudiante humilde cuya relación era rechazada por sus padres. Para asegurarse de que nada impida la boda, ella lo convence de usar la vieja treta de salir con su “domingo siete” y así ya no hay ninguna oposición. Una página después, Dulce ya está empanzonada y casándose con Alberto, ignorando las advertencias de sus padres sobre que no podrán construir un hogar por haberse casado tan deprisa ni haber terminado sus carreras. Y así dan otro salto para mostrar como Alberto noblemente soportaba sus caprichos y exigencias cuando Nandito era un bebe para asegurarse de que tuvieran lo indispensable, conformándose con un puesto menor en la biblioteca y matándose estudiando a la vez para acabar la carrera. Un emotivo caso de la vida real (que no viene al caso pero bueno). Termina el recuerdo y Alberto le da por su lado a Dulce porque en verdad el amor no les dejó nada a ellos.
Aldo pasa a la casa de Lucy, y su mente vuela hacia Eva (idiota, decídete ya), pero pronto Lalito le abre para que enfrente a Lucy, tan alterada que actúa como un autómata. Mientras el babas intenta explicar lo que pasó, Lalito recibe dinero de parte de Pili por las fotos que tomó (¿Pili estaba en la casa o el niño se salió? No dibujan con tanto detalle el fondo como para saberlo). Lucy no quiere oír nada de Aldo y le dice que ha perdida toda confianza en él y lo único que le queda es terminar con todo.
Contenido extra:
• Resumen del capitulo anterior y cuestiones intrigantes sobre el desarrollo de los eventos (y otra vez de futbol).
• El buzón de los Reprobados; transcriben y responden cartas de lectores, entre las que todavía hay dibujos para el concurso de mutantes.
• Amigos por e-mail.
• Ahora sólo quedó una página sobrante empleada para presentar el formato para inscribirse a la revista.
• En la contraportada, Adalisa Zarate (¿Por qué escriben “Zaratae”?) vuelve a elaborar un pin-up con Eva, Lucy, Katzandra, Lucy/Meteorix, y Doble M.
Curiosidades, señalamientos y/u objeciones:
• La portada hace una parodia de la película Tomb Raider 2.
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