Y justo cuando parecía ser
una noticia del ayer, un experimento por traer cómics novedosos e interesantes
a México que nunca de los nunca podrían regresar jamás (con la excepción extraordinaria
de Spawn quien aguantó más que ningún otro, haciendo su regreso triunfal casi
paralelamente y no podemos dejar de señalar el hecho de que, en la actualidad,
todavía sigue publicándose), surgió Panini Comics México, la sucursal de una compañía
poderosa que ya había ofrecido múltiples líneas populares de cómics de todo
tipo, iniciando con una incursión que hizo apuestas a lo grande. Es entre estas
apuestas que se trae de vuelta la licencia y el sello de la inigualable Top Cow
Productions que fuera tan explotada por Editorial Vid años atrás (ver antiguas
entradas referentes al tema).
Panini decidió que los
títulos de Top Cow merecían otra oportunidad en nuestro país, aprovechando que
en aquel entonces dichos cómics habían recibido un nuevo “aire”, alcanzando
nuevos niveles de apreciación tanto gráfica como argumentalmente, siendo el
traerlos de vuelta el primero de sus muchos proyectos.
2013 fue un gran año para
el ingreso de Panini Comics México al mercado, lanzando en noviembre sus
títulos principales en cuestión Top Cow: Witchblade (a partir de su No. 151) y
The Darkness (a partir de su No. 101), además de la compilación de Artifacts Origins:
First Born (la cual comprende un antecedente importante). De la misma forma en
que sucediera en el pasado, estos títulos marcharon paralelamente, iniciando su
nueva etapa que fue conocida como “Top Cow Rebirth”, siendo muy bien recibidos
inicialmente. Un entusiasmo desmedido por la evidencia de que el disfrute por
estas publicaciones no estaba tan muerto como muchos pensaron. Y la cosa no
terminó ahí, siendo tanta la demanda, que no dudaron en traernos Artifacts, el
título que inició todo, terminando por permitirnos entender todo lo que estaba
sucediendo en este renacimiento de los personajes de Top Cow.
Algo diferente que hacía
Panini con estos títulos, fue publicarlos en ediciones dobles, facilitando así
un mejor avance en sus historias, algo que siempre es apreciado (y los cómics
dobles son algo que distingue a muchas ediciones mexicanas).
Tristemente, este emocionante regreso nos duraría apenas un par de años, apagándose la llama antes de tiempo (y en más de un sentido). Para empezar, The Darkness, por razones extrañas, tuvo una periodicidad en su país natal un tanto lenta que lo llevo a su abrupta “suspensión”, dando preámbulos para un nuevo gran evento que nunca llegaría a concretarse (o por lo menos, no satisfactoriamente). Fue un poco de “mucho ruido y pocas nueces”, dejando a Witchblade a cargo del bote por un rato. Artifacts pegó fuerte pero una vez que pasó de su excelente y larguísimo arco inicial, aun cuando lo que siguió también era muy interesante, inevitablemente llegó a un punto de aburrimiento y desperdicio de tramas y dibujos que derivó en una cancelación prematura (ciertamente, en E. U. también fue cancelado algunos números después, necios en perder o hacer tiempo con tramas que no parecían ir a ningún lado). Se hizo un último intento, trayendo la miniserie de Aphrodite IX que poco o nada tenía que ver con todo esto (más bien, fue una simple excusa para lucir el bello dibujo de cierto artista que se volvió muy aclamado a partir de entonces). Witchblade, cayendo en su propio espiral de intentos de variación argumental cada vez más patéticos, culminó cumpliendo una promesa que mantuvo en hilo a los lectores por mucho tiempo (¡vaya que nos decepcionó con la muy apresurada resolución a esta intriga!), siendo cancelado inmediatamente después (faltando pocos números para su propia finalización en E. U.)
Los pobres resultados de lo que parecía un inicio prometedor, al final demostraron que se repitió exactamente lo mismo que con Editorial Vid allá en aquellos años. Un buen comienzo con un desabrido final.
Panini no tuvo más remedio
que despedir a Top Cow sin posibilidades de regreso, concluyendo este
experimento que, una vez más, les explotó en la cara a los responsables (a los
lectores sumiéndonos en un mar de desesperación).
Como ha sido nuestra
costumbre, procederemos con el recorrido de estos títulos y publicaciones que
conformaron Top Cow Rebirth por parte de Panini Comics México, adentrándonos en
su contenido, formato y demás detalles que los distinguieron durante su periodo
del 2013 al 2015.
Bienvenidos de vuelta al
Universo Top Cow, por última vez.
Tristemente, este emocionante regreso nos duraría apenas un par de años, apagándose la llama antes de tiempo (y en más de un sentido). Para empezar, The Darkness, por razones extrañas, tuvo una periodicidad en su país natal un tanto lenta que lo llevo a su abrupta “suspensión”, dando preámbulos para un nuevo gran evento que nunca llegaría a concretarse (o por lo menos, no satisfactoriamente). Fue un poco de “mucho ruido y pocas nueces”, dejando a Witchblade a cargo del bote por un rato. Artifacts pegó fuerte pero una vez que pasó de su excelente y larguísimo arco inicial, aun cuando lo que siguió también era muy interesante, inevitablemente llegó a un punto de aburrimiento y desperdicio de tramas y dibujos que derivó en una cancelación prematura (ciertamente, en E. U. también fue cancelado algunos números después, necios en perder o hacer tiempo con tramas que no parecían ir a ningún lado). Se hizo un último intento, trayendo la miniserie de Aphrodite IX que poco o nada tenía que ver con todo esto (más bien, fue una simple excusa para lucir el bello dibujo de cierto artista que se volvió muy aclamado a partir de entonces). Witchblade, cayendo en su propio espiral de intentos de variación argumental cada vez más patéticos, culminó cumpliendo una promesa que mantuvo en hilo a los lectores por mucho tiempo (¡vaya que nos decepcionó con la muy apresurada resolución a esta intriga!), siendo cancelado inmediatamente después (faltando pocos números para su propia finalización en E. U.)
Los pobres resultados de lo que parecía un inicio prometedor, al final demostraron que se repitió exactamente lo mismo que con Editorial Vid allá en aquellos años. Un buen comienzo con un desabrido final.
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