El espacio compartido que no podréis merecer por si mismos
Venid aquí que yo he recordarles.”
Bienvenidos sean, mortales. Desde las profundidades de mi eterno castigo en espera de la llegada del Ragnarok, yo, la deidad no reconocida, declaro oficialmente abiertas las puertas hacia una dimensión oculta de Midgard, a la cual he de concederle mi propio nombre. Un espacio capaz de atraer tanto a los parias como un servidor, como a los grandes que osaron ubicarse en niveles mucho más altos que el del mismísimo Odín.
En Midgard, específicamente en la zona conocida como el Nuevo Mundo (aunque esos mortales no tengan el derecho a conceder tales denominaciones a sus insignificantes territorios), muchas historias se han creado y promovido a lo largo de las años, aquellas que se han convertido en grandes leyendas, las que fueron contadas y olvidadas, e incluso las que simplemente pasaron desapercibidas. Ahora, yo abro esta dimensión para que encuentren su lugar, vistas a través de la memoria y perspectiva del esclavo mortal al que he decomisado para esta misión, dándome algo en que pensar mientras el veneno de la serpiente sigue cayendo diariamente sobre mis ojos. Acompañadme si lo desean, ya sea para vuestro exquisito deleite o para someterse a una tortura mucho peor que la mía. Dejad de lado la timidez que desde mis cadenas os ofrezco una mano generosa para servirme.
Habiéndoles honrado mediante esta introducción, sirviente mío, proseguid y rebuscad entre lo que encentréis de lo que yace en este limbo de aquello que ha sido olvidado y despreciado, siempre a merced de la ambición y los intereses de los mortales, arrebatado de toda forma y propósito, relegado a una fuente de entretenimiento que ha dejado de ser lo que alguna vez fue, pudo o no pudo ser. Adelante, decid todo lo que tengáis que decir sobre ello, que no pienso ir a ninguna parte. No hasta que el Ragnarok comience…
Así que os recomendaría daros prisa, porque ese día glorioso se acerca…
En Midgard, específicamente en la zona conocida como el Nuevo Mundo (aunque esos mortales no tengan el derecho a conceder tales denominaciones a sus insignificantes territorios), muchas historias se han creado y promovido a lo largo de las años, aquellas que se han convertido en grandes leyendas, las que fueron contadas y olvidadas, e incluso las que simplemente pasaron desapercibidas. Ahora, yo abro esta dimensión para que encuentren su lugar, vistas a través de la memoria y perspectiva del esclavo mortal al que he decomisado para esta misión, dándome algo en que pensar mientras el veneno de la serpiente sigue cayendo diariamente sobre mis ojos. Acompañadme si lo desean, ya sea para vuestro exquisito deleite o para someterse a una tortura mucho peor que la mía. Dejad de lado la timidez que desde mis cadenas os ofrezco una mano generosa para servirme.
Habiéndoles honrado mediante esta introducción, sirviente mío, proseguid y rebuscad entre lo que encentréis de lo que yace en este limbo de aquello que ha sido olvidado y despreciado, siempre a merced de la ambición y los intereses de los mortales, arrebatado de toda forma y propósito, relegado a una fuente de entretenimiento que ha dejado de ser lo que alguna vez fue, pudo o no pudo ser. Adelante, decid todo lo que tengáis que decir sobre ello, que no pienso ir a ninguna parte. No hasta que el Ragnarok comience…
Así que os recomendaría daros prisa, porque ese día glorioso se acerca…
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